Fotos: Mava.Villamizar - Páramo
Crónica: Rocío Acosta
Tras el anuncio en falso que corrió por cuenta de las escandalosas redes sociales, más de uno quedó vestido y alborotado para recibir a los anunciados extraterrestres. Pero lo cierto es que un día antes, sí fue un hecho el aterrizaje de un grupo muy especial proveniente de un mundo único e inclasificable. Ellos son Blondie…
En la adolescencia escuchamos a muchos de nuestros ídolos musicales en sesiones personales desde la sala de la casa con el paso de las décadas, tras un reproductor físico o digital y hoy en día a través de las plataformas de streaming. Pero indiscutiblemente el contraste incomparable de tener esa misma experiencia en vivo adosada de luces y protagonizada por aquellos artistas que nunca esperamos ver, queda corto. Esa conexión puente entre el recuerdo vivido y el presente que pone los pelos de punta que te nutre hasta la médula, es la magia de admirar a nuestros artistas favoritos desde el suelo de las salas de conciertos. Este año ha estado ha llegado repleta de maravillosas experiencias cargadas del “por primera vez en Colombia”. Con esto en mente y con el pulso expectante, mis pies me llevaron a ver tocar a Blondie en Chamorro Entertainment City Hall este 22 de marzo.
Por lo visto en sus shows alrededor del mundo a lo largo de su extensa trayectoria, siguen siendo un espectáculo en directo totalmente cautivador. En la actualidad, sólo Debbie y el baterista Clem Burke de la formación original permanecen en el escenario con la banda. El espíritu del guitarrista y cofundador Chris Stein se sintió siempre presente, pero Tommy Kessler se llevaría todos los puntos hablando fuerte y claro con su instrumento. Ellos en conjunto, son un monstruo rubio y frenético que no para.
Blondie comenzó el concierto con "One Way Or Another" y todos los elementos de un gran espectáculo se pusieron en marcha tomando a más de uno por sorpresa con tan potente entrada. Debbie se situó en el centro del escenario y se ubicó con firmeza y fuerza a la rápida sucesión de letras de la canción. Clem Burke, se lanzó de inmediato a la batería. Y uno de los placeres de ver a Blondie en directo es poder observar en una sección rítmica, construyendo melodías e intercambiando riffs. Los instrumentos encajaban de una forma que la nostalgia de décadas atrás fue inevitable.
Las canciones que vendrían requerían a Debbie Harry en plena forma y ella no podía salir sin más. Anduvo por el escenario con ese aire de estrella de Hollywood a la antigua usanza, vestida con una chaqueta rosa y gafas de sol. Los incondicionales de Blondie pronto se vieron recompensados con canciones como ‘Hanging on the Telephone’ (del incomparable “Parallel Lines”) y ‘Call Me’ (grabada para Autoamerican). Clem empezó la canción con una potente introducción de batería, y Debbie no tardó en apoderarse del micrófono, haciendo que el vasto espacio del concierto pareciera muy personal. El teclista Matt Katz-Bohen demostró su pericia tanto en teclados como con su keytar a la derecha de Debbie. Tommy y Glen marcaron el estribillo con sus caprichosos coros. A medida que avanzaba el espectáculo, se quitó las gafas y se soltó metafóricamente la melena para rugir, seducir y abrazar musicalmente al público a lo largo de lo que serían 14 canciones en su set list. Debbie indudablemente soltó sus versos en ‘Fade Away And Radiate’, dejando que la música se apoderara del público. Su voz era clara e indomable; estaba firmemente plantada en el lugar que le correspondía, al frente del escenario y así defendió con pasión y convicción la continuidad de esta excelente banda en su agitada gira.
Durante el tema reggae-disco "The Tide Is High", Debbie se dirigió juguetonamente al público, sonrió ampliamente y bailó de un lado a otro, mientras Clem sonaba inconteniblemente detrás de ella. El público estallaba ruidosamente, compuesto por gente de todas las edades, desde adolescentes hasta gente que sobrepasaba los 60 años. Y por supuesto, el público generación X estaba encantado. ¿Quién diría que podríamos ver en vivo a Blondie haciendo vibrar el escenario, tras tan larga separación y sin asomo de una visita por Latinoamérica? Pero, la vida nos da sorpresas y esta fue una de las más asombrosas y esperadas en décadas.
Blondie llenó la siguiente sección del concierto con muchas de sus canciones favoritas, como la inconfundible ‘Atomic’ de “Eat to the Beat”, de 1979, y ‘Fragments’, un cover de Unkindness. Las canciones destacaban el perenne interés de Blondie por las florituras de ciencia ficción, así como su estudiada inversión en diferentes texturas sónicas y tempos. Blondie llevó estas canciones bastante bien gracias en parte al poder de los guitarristas Tommy Kessler, que ha estado dando todo como miembro de la banda desde 2010, y Andee Blacksugar de KMFDM, que fue reclutado para esta gira en ausencia de Stein. Desde lados opuestos del escenario, estos magistrales guitarristas dieron a cada canción un toque especial. Y fue encantador ver a Tommy formar equipo con Glen Matlock como entusiasta pareja en los coros.
Prosegurían grandes éxitos como ‘Rapture’ y ‘Sugar On The Side’, para la que contaron con invitados especiales: los colombianos Systema Solar. A estas canciones seguirían ‘Long Time’ de “Just Another Evening”, y la tan esperada ‘Heart Of Glass’ una vez más de esta grandiosa joya llamada “Parallel Lines”. El público rompió en un frensí dancístico acompañado de voces a todo pulmón. Toda la banda sonó tan fresca como al principio del concierto.
La usual pausa ante el más que obvio “encore”, darían paso a un respiro con ‘Fun’ del clásico “Pollinator” y vendría una de las canciones más movidas en la radio como es ‘María’, proveniente de “The Female Touch 2” seguida de ‘Dreaming’ de “Eat To The Beat”. Y tras un emotivo cierre, yo quedo con esa sensación de que actuaciones como ésta completan un checklist personal e íntimo que llena de calidez el alma.
El sonido de Blondie y el show de Debbie Harry, en su gloria totalmente realizada, infundiendo a las rarezas tanto amor como a las canciones más populares nos dejaron en un punto alto y con el corazón lleno. Un apunte más va para Debbie: una mujer muy bien montada sobre sus casi 80 años de edad, manteniendo su glamour especial y derrochando sensualidad, dando una lección inmensa a quienes se aferran con desesperación a la perecedera juventud y a quienes viven aterrorizados por ver las inexorables huellas que marca el pasar del tiempo en su propia existencia. Una cosa sigue siendo cierta: a ella nada de esto importa. Sabe exactamente quién es y a qué vino. Debbie seguirá inspirando esa seguridad y carisma por mucho tiempo y por eso a ella y a cada uno de los impresionantes integrantes de Blondie, siempre les daremos una grata bienvenida una y mil veces...