Llora, finge, lleva flores a mi tumba: INGRAND

Ingrand en 1995

Posterior a lo que ya habían hecho en dos demos, INGRAND comenzó el milenio con su primer larga duración. "No Hay Doble Realidad" es sin duda un registro de cómo era el metal producido en Bogotá (y el país) durante la década inmediatamente anterior. Pocas agrupaciones grababan profesionalmente debido principalmente al costo que implicaba una producción de alta factura. Los conciertos internacionales de rock pesado no eran frecuentes y el tráfico de información no era igual; la red internet comenzaba de forma masiva apenas y realmente el metal era underground en los pequeños círculos de algunas ciudades colombianas.

La aparente desventaja de esto en relación a el ahora sin embargo tenía un punto clave: La originalidad, musical y liricamente hablando de las nacientes bandas tenía una particularidad única, evidentemente difuminada hoy por la arrolladora influencia de la globalización contemporánea, haciendo a cualquiera calcar con una descarga de Pro Tools su modelo extranjero y lucirse como artista local. Las letras del álbum muestran una especial atención a lo que querían plasmar como proyecto, foco central de su sonido. Con una cantidad fuerte de seguidores y detractores, Ingrand se ha jactado en 24 años de carrera por tener músicos de alto nivel de ejecución y compromiso (no en vano se muestran como una familia). El primer álbum del conjunto power/thrash insignia (para muchos) de la capital y del Festival Rock al Parque, debido a sus numerosas presentaciones en el certamen. Que suene alto el coro: "Llora, finge, lleva flores a mi tumba...".

Nota editada el 26/04/2019

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Joel Cruz

Hummingbird Press